El Botox es un medicamento que los dermatólogos hemos utilizado por años para tratar las arrugas faciales. Y con el paso del tiempo, le hemos encontrado además otros usos y beneficios.

Botox es una marca de toxina botulínica producida por la bacteria Clostridium botulinum. Existen otras marcas, como por ejemplo Juvenlife y Xeomin.

 

Sin embargo, Botox es el término que más se escucha porque fue el primer inyectable de toxina botulínica que existió. Es decir, ¿recuerdas los Kleenex? Pues sucede lo mismo que con Botox. Nos referimos a todos los pañuelos de papel como Kleenex, sin embargo, existe una amplia gama de marcas. Sucede lo mismo con los Kotex.

Es un error decir que las otras marcas de toxina son genéricas, cada una es única, diferenciada por los preservantes, vehículos, su forma de fabricación y su halo de dispersión dependiendo del tamaño de cada toxina.

El Botox es un polvo. Viene en un frasco con el producto en polvo liofilizado. Por tanto, debe diluirse con suero fisiológico para lograr un líquido que sea capaz de ser inyectado.

Es algo así como el jarabe de antibiótico pediátrico, que el doctor nos aclara que debemos diluir para que el niño pueda tomarse ese líquido. Para diluir la toxina, cada marca nos indica la cantidad exacta de suero fisiológico que debemos utilizar para que el efecto del producto sea exitoso.

A la hora de aplicar el producto, podemos medirlo en unidades o en jeringas. De esta forma te diré la cantidad que estás pagando en unidades o te lo indicaré en número de jeringas.

Lo usual es que te aplique 3 jeringas de producto para poder abarcar todo el tercio superior de tu rostro, con un efecto adecuado y además duradero.

Me gusta verte a los 15 días de realizado el procedimiento para valorar el resultado y además, para poder modificarlo en caso de que así lo desees.

¿Te estás preguntando por qué a los 15 días? Bueno, esto se debe a que el efecto no se ve de inmediato; por lo general, comienza a verse a partir del día 7 de la aplicación, y el efecto completo se observa al día 15.

Durante este período de tiempo no debes utilizar anteojos de natación, cascos de moto, vinchas o gorras/sombreros ajustados en la frente ni debes hacer ejercicio el propio día de la aplicación.

Esto se debe a que se pueden marcar muy feo la frente o los ojos, y si haces ejercicio el propio día que lo aplicamos, estarás con una mayor propensión a hacer moretes y edema (hinchazón) en los sitios de inyección.

Talvez después de esta aclaración te estés preguntando ¿qué sucede con las indicaciones de no bajar la cabeza o incluso hasta de usar un cuello ortopédico después de la aplicación de la toxina botulínica?

Pues, te lo digo con una sonrisa, eso es simplemente una tontería. La toxina una vez inyectada en la placa muscular, no se va a ir para ninguna parte.

El Botox se utiliza en su mayor parte para reducir la apariencia de las arrugas faciales. Pero también puede tratar otras condiciones:

– Hiperhidrosis: sudoración excesiva en axilas

– Bruxismo

– Migraña crónica

– Distonía cervical

– Estrabismo

– Marcar el reborde mandibular (Nefertiti)

– Arrugas en cuello y escote

– Manchas en la piel: melasma

– Poros abiertos

– Abrir la mirada y elevar las cejas

Este medicamento funciona bloqueando las señales que van desde los nervios hacia los músculos. De esta forma, el músculo inyectado no se puede  contraer. Y esto es lo que hace que la arruga se relaje y se suavice.

A veces se piensa que el Botox es como una plancha, que va a eliminar cada arruga de nuestro rostro. Sin embargo, no funciona así, ya que es más un preventivo que un borrador.

Es por esto que es mejor comenzar a aplicarlo en tus 20´s y no esperar hasta tus 40´s. Es decir, que no debes esperar que ese número once que ya tienes en el ceño desaparezca, ya que está marcado.

Si tienes un surco o arruga que se ve mientras tienes una expresión facial fija o relajada, esta no se irá con Botox, solo se relajará.

Entonces, podemos concluir que aquí no aplica la frase ¨mejor tarde que nunca¨.

En caso del Botox, es mejor temprano. Si la justificación para no usarlo de manera temprana es la idea de que al pasar su efecto te verás más arrugada, te digo que esto es mera precepción.

¿Cómo funciona? Pues te acostumbras a verte sin arrugas, con tu mirada jovial y tu piel con colágeno nuevo. Al pasar el efecto, no podrás creer que te veías así antes de usar el tratamiento, y simplemente tenderás a creer que tus arrugas empeoraron. No es así, solo estás viendo la realidad atrás en el tiempo.

Y si voy a seguir mencionando mitos, hablemos de la duración del efecto del Botox. He escuchado decir que, si haces más ejercicio o si tu metabolismo es rápido, es probable que el efecto dure menos tiempo.

El efecto promedio es de 4 a 5 meses. Si cumples con cualquiera de las dos anteriores condiciones, tu duración podría ser de 3 meses. Lo ideal es realizar las aplicaciones de Botox cada 5 meses, sin embargo, si tu duración es de solo 3 meses, puedes reaplicar a los 3 meses.

No es recomendable realizar muchos retoques durante el año, ya que con el tiempo podrías desarrollar una resistencia y te quedarías sin efecto.

Y dicho esto, es verdad que existen personas a las que el tratamiento no les hace efecto, y no importa la marca que se aplique, no tendrán efecto. Esto se debe a que poseen anticuerpos contra la toxina, recuerda que estamos aplicando un producto biológico que proviene de una bacteria.

La cantidad de toxina que aplicamos en cosmética es pequeña, por lo que nunca generará un problema de enfermedad. Tampoco deforma tu cara.

Lo que deforma la cara son el exceso de rellenos de ácido hialurónico y las cirugías excesivas o con poco gusto.

Si tu deseo es verte más fresco, sin llegar al límite de querer verte de 15, o disminuir algunas de tus arrugas de expresión, el Botox es una excelente opción para ti.